Nuestro amigo Þórr, Dzor, Thor, Ζεύς, Διός, o quienquiera que sea el que se encarga del grifo de las nubes, se está luciendo. Le va avenir una factura de agárrate y muy señor mío…

Pues eso, que lloviznita, lloviznita y a seguir gozando de las casacadas y de los colores otoñales de la carretera.

Como en el exterior te mojas (mucho), hemos visitado una antigua iglesia en Laufás con su respectiva casita de Té y tiendecita de souvenirs al ladito. Toda una monada. Cosa curiosa las almohadas de pelusilla de Eider por 140€.

Siguiendo hacia el Este, infarto en Godafoss y recaida de Sindrome de Stendhal en Mývatn con sus fumarolas y Geysers de colorines.

 

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